Santuario de Ise, el templo de la eterna reconstrucción

Santuario de Ise
Un lugar sagrado para la cultura Shintō

Japón puede definirse como uno de esos países en los que las costumbres milenarias se mantienen sin que importe el pase de los años. Las tradiciones están aún muy presentes en una sociedad que basa sus máximas en el simbolismo y el máximo respeto por la religión. Un claro ejemplo de todo ello es el Santuario de Ise, un famoso templo para la cultura Shintō en el que se mantiene una curiosa costumbre: derrumbar y reconstruir el templo cada 20 años. Increíble ¿verdad?

El revivir de los 20

Santuario de Ise
El templo de la eterna juventud

El Santuario de Ise o Ise-jingū se define como un lugar sagrado para la cultura Shintō y representa uno de los templos más conocidos de Japón. Miles de personas visitan cada día una edificación situada en el Parque Nacional de Ise-Shima que se divide a su vez en dos conocidos santuarios: Naikū y Gekū. Cabe destacar que la distancia entre ambos templos es de apenas seis kilómetros y que ambos tienen un total de 123 complejos subordinados en distintas categorías. El primero de ellos está dedicado a la honra de Amaterasu Ōmikam. Mientras que el segundo se basa en la adoración de Toyouke no Ōmikam. Pero esto no es lo más curioso de todo, ya que ambos santuarios se derriban y se reconstruyen cada 20 años.

El Santuario de Ise basa su estructura en una arquitectura única en el mundo conocida como Shinmeizukuri. Toda una obra maestra que no puede ser copiada por ningún otro santuario de la zona. El uso de maderas de calidad y detalles dorados suelen ser los rasgos de unas construcciones tan bellas como efímera. Cada 20 años, estos dos santuarios junto con el Puente de Uji se reducen a escombros para volver a construirse. Una tradición que se debe a la creencia Shintō en la que se muestra que la naturaleza muere y renace en un periodo de 20 años. Una ceremonia ancestral de purificación que en japonés se conoce como Jingū Shikinen Sengū.

Un templo milenario

Santuario de Ise
Una de las entradas a la zona sagrada

Para que nos hagamos una idea del seguimiento férreo de las costumbres en Japón, la primera reconstrucción de el Santuario de Ise data del año 692. Y es que desde ese mismo año se sigue una costumbre milenaria que ha obligado a realizar la última reconstrucción en el año 2013. Eso sí, antes de que se realice cualquier tipo de obra en el templo tienen lugar una gran cantidad de celebraciones basadas en la tradición. El Festival de Okihiki se enmarca como la fiesta de culto más importante de un santuario que mantiene su esencia por muchos años que pasen. Eso sí, tendrás que conformarte con las fotos, ya que los turistas tienen prohibido el acceso al interior de los templos.

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